En la sura Al Imrán, se invita a los creyentes a avanzar hacia el perdón y hacia un Paraíso sin fin (versículo 133). Tras mencionar algunos comportamientos, entre ellos el Istighfar, Dios afirma: «Su recompensa será el perdón de su Señor y jardines por los que corren arroyos, en los que vivirán para siempre. ¡Qué bendita es la recompensa de quienes obran!» (versículo 136). En otras palabras, una de las condiciones para quienes preceden a los demás en el Paraíso es precisamente el Istighfar.
En los versículos iniciales de la misma sura se describe la recompensa de los piadosos en el Paraíso y, acto seguido, su condición en la vida terrenal: «Son aquellos que ejercen la paciencia, dicen la verdad, son devotos en la oración, gastan de sus bienes por la causa de Dios y piden perdón a Dios en la última parte de la noche» (versículo 17).
También en la sura Adh-Dhariyat, Dios hace referencia a la presencia de los justos en los jardines y las fuentes del Paraíso, recibiendo los dones de su Señor: «Los piadosos estarán entre jardines y fuentes, recibiendo su recompensa de su Señor. Ellos eran personas justas antes del Día del Juicio» (versículos 15-16).
El versículo 15 comienza con «recibiendo» y termina con «Muhsinin (los que hacen el bien)». Esto significa que recibir la bondad en el Paraíso es el resultado de haber hecho el bien y de haber sido buenos con los demás en este mundo. Inmediatamente después se recuerdan dos características comunes: «Dormían poco durante la noche y pedían perdón en las primeras horas del amanecer» (versículos 17-18).
Una costumbre de los justos
El tiempo verbal utilizado en estos versículos indica continuidad. La oración nocturna y la petición de perdón al amanecer son prácticas constantes de las personas destinadas al Paraíso. Además, el texto subraya que, entre todos los dhikr (recuerdos e invocaciones), pedir perdón al amanecer ocupa un lugar especial y es considerado la cúspide de la adoración.
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